La irritabilidad, el cansancio, las uñas quebradizas, el cabello opaco y una mayor susceptibilidad a infecciones son estados que seguramente nos han afectado a todos. Sin embargo, son tan inespecíficos que generalmente los ignoramos, a veces los asociamos con la temporada de gripe, el estrés en el trabajo o el descuido en el cuidado personal. Desafortunadamente, las soluciones comunes como cambiar el champú y tomar suplementos vitamínicos pueden no dar el efecto esperado, ya que el problema se encuentra en otro lugar, y específicamente… en el plato!
Todos los síntomas mencionados anteriormente, así como el dolor en las articulaciones, los problemas de concentración, el malestar digestivo o el aumento de peso sin una causa clara pueden indicar una acidez en el organismo. Esto ocurre cuando, debido a una dieta inadecuada, obligamos al cuerpo a metabolizar y eliminar una cantidad excesiva de compuestos ácidos: principalmente aquellos con altos niveles de fósforo, azufre y cloro.
¿Cómo podemos ayudarnos? Principalmente, siguiendo una dieta alcalina, pero también adoptando hábitos saludables de estilo de vida: dormir bien, dejar de fumar y hacer ejercicio regularmente, preferiblemente al aire libre.
Sin embargo, surge una pregunta adicional: ¿en qué consiste exactamente una dieta alcalina?
Hablando de manera más científica, su principal premisa es cambiar la relación desfavorable entre los alimentos ácidos que consumimos y los alimentos alcalinizantes, es decir, ricos en calcio, potasio, magnesio y sodio. En la práctica, esto se traduce en un aumento drástico en la cantidad de verduras y frutas en la dieta, a expensas de productos lácteos, carnes, dulces, productos de cereales y aquellos con un alto grado de procesamiento. Según la dieta alcalina, no son las frutas y verduras las que acompañan al resto de los alimentos, sino que el resto de los productos son un complemento para las frutas y verduras. Por lo tanto, simplemente “incluirlas” en cada comida no es suficiente; deberían constituir incluso el 70% del menú diario. También es muy importante beber al menos dos litros de agua al día, preferiblemente mineral con alto contenido de calcio y magnesio.
No siempre es intuitivamente sencillo clasificar cada producto como ácido o alcalinizante: probablemente la mayoría de nosotros erróneamente consideraría el limón como ácido. Por eso, les presento una tabla de productos recomendados y no recomendados en la dieta alcalina. Con esta guía, preparar comidas deliciosas y, en consecuencia, deshacerse de las molestias será muy sencillo!