Los intestinos son nuestro segundo cerebro

Los intestinos, nuestro segundo cerebro

¿Alguna vez te has preguntado cuál es la función de los intestinos? Probablemente dirás: «sirven para digerir y absorber los alimentos». ¿Pero solo eso? Cuando estamos estresados, a menudo nos duele el estómago, y cuando estamos enamorados, decimos que tenemos mariposas en el estómago. En estas situaciones específicas, se observa una clara conexión entre nuestro cerebro y los intestinos. ¿Cómo ocurre esto? Descubrirás en este artículo. 🙂

¿Cómo funciona el eje cerebro-intestino?

Los estudios clínicos han demostrado que existe una conexión entre el cerebro y los intestinos, y se la llama eje cerebro-intestinal. Resulta que la vía de señal entre estas dos partes del cuerpo humano es el nervio vago. Es el nervio más largo de los nervios craneales y conecta el cerebro con el sistema digestivo. El 90% de las señales se envían en una sola dirección: de los intestinos al cerebro. Esto significa que nuestros intestinos juegan un papel importante y tienen algo muy importante que transmitir a nuestro cerebro. Ya has aprendido en un artículo anterior que tenemos en nuestros intestinos una microbiota específica que juega un papel enorme en nuestro organismo. Ahora resulta que existe un sistema nervioso intestinal autónomo, ¡nuestro «segundo cerebro»! Está compuesto por entre 100 y 500 millones de neuronas y regula el funcionamiento de todo el sistema digestivo, así como responde a señales locales enviadas, entre otras cosas, por bacterias. Los productos de su metabolismo dentro del intestino viajan a través del nervio vago directamente al cerebro. Entre ellos se encuentran neurotransmisores que el cerebro utiliza para «comunicarse» entre neuronas.

¿Qué impacto tienen las bacterias intestinales en el cerebro?

Nuestro sistema nervioso tiene una estructura compleja, en la que juegan un papel importante… las bacterias intestinales. Sí, no es una broma. Pero vamos por partes… El sistema nervioso se compone de sustancia gris y blanca. La sustancia gris se encuentra principalmente en la corteza cerebral y está formada por los cuerpos celulares de las neuronas. Por otro lado, la sustancia blanca son las llamadas «colitas» de los cuerpos celulares nerviosos, es decir, los axones. Es gracias a ellos que se transmiten las señales de una neurona a otra. Para que nuestro sistema nervioso funcione correctamente, la velocidad y la calidad de esta transmisión son importantes. La mayoría de las «colitas» están cubiertas por mielina, una sustancia que actúa como una funda para las fibras nerviosas. Gracias a ella, los impulsos se transmiten más rápido. Desafortunadamente, en enfermedades como la esclerosis múltiple o en el insomnio crónico, esta funda no cumple adecuadamente su función. Y aquí es donde entra en juego la función de las bacterias intestinales. Los estudios demuestran que los microorganismos intestinales pueden afectar la estructura y función del cerebro. Esto sucede a través de la regulación del proceso de mielinización, es decir, la formación de mielina en los axones de la sustancia blanca. Por lo tanto, las bacterias intestinales influyen tanto en el funcionamiento como en la estructura anatómica del cerebro. Algunos investigadores incluso sugieren que, en el futuro, será posible tratar enfermedades con alteraciones en la mielinización mediante el cambio en la composición de los microorganismos que colonizan nuestros intestinos.

¿Puede el insomnio depender de las bacterias intestinales?

Como acabas de aprender, las bacterias intestinales afectan tu cerebro, pero esa no es su única función. También regulan tu sueño. Los científicos afirman que el microbioma intestinal probablemente altera nuestros ritmos circadianos, el ciclo de sueño y vigilia, y afecta las hormonas que regulan el sueño y la vigilia. Si sufres de insomnio o te despiertas por la noche y tu sueño es de mala calidad, trata de seguir una dieta basada en prebióticos, es decir, compuestos que alimentan nuestros microbios. Su fuente en nuestra dieta son los componentes no digeribles de los alimentos, como fibra, almidón o inulina (prueba la BINULINA >> de mi receta), que llegan al intestino y sirven de alimento para las bacterias beneficiosas. También se pueden tomar probióticos, pero esto debe consultarse con un especialista para elegir el buen suplemento.

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¿Cómo se pueden salvar las bacterias intestinales?

Desde hace un tiempo, para salvar nuestras buenas bacterias intestinales, se utiliza el trasplante de microbiota intestinal. ¿Pero cómo es eso? Puedes trasplantar un corazón o un riñón, ¿pero bacterias? Sí, de hecho, se pueden trasplantar usando… nuestras heces. Los microorganismos aislados de las heces de personas saludables se administran a pacientes que sufren diarreas postantibióticas. A menudo son personas muy enfermas y agotadas, y esta es su única salvación. Las diarreas postantibióticas son causadas por la bacteria Clostridium difficile. Puede vivir tranquilamente en nuestros intestinos hasta que comenzamos a tomar antibióticos. Entonces, empieza a producir toxinas que pueden dañar el intestino y provocar diarreas severas y dolores abdominales. Gracias al trasplante de heces, las bacterias de una persona sana destruyen los patógenos y luego se «asientan» en los intestinos, creando una protección contra futuras infecciones. Esto alivia los desagradables síntomas del tracto digestivo. Se han demostrado resultados geniales en muchos estudios clínicos sobre el trasplante de heces. Para hacerlo aún más interesante, en un estudio se trasplantaron heces de un atleta… vegetariano. Se demostró que, en primer lugar, ¡los mejores donantes de heces son los atletas! (por razones obvias: ¡ejercicio y dieta! Esto es lo que puede salvarnos 😉 y, en segundo lugar, se obtienen resultados mucho mejores con el trasplante de heces de personas que no comen carne.

Como puedes ver, las bacterias intestinales tienen un enorme impacto en cómo nos sentimos, cómo dormimos y si estamos saludables. ¡Así que cuídalas y evita factores que puedan afectarlas negativamente! (más sobre esto en el artículo sobre microbiota, lee >> ) Porque, ¿no quieres que tu “segundo cerebro” esté en las mejores condiciones, verdad?

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Pasjonatka zdrowego odżywiania, podróży i holistycznego podejścia do życia. Mama najpiękniejszego kwiatuszka.
Certyfikowany specjalista ds. dietetyki (SGGW). Nie jem mięsa. Nie zamierzam Ciebie przekonywać do rezygnacji z ulubionych potraw ale pomogę Ci odkryć „zdrową kreatywność” w kuchni. Jak jeść BEZ TABU żeby być zdrowym.
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